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introducción «Napoleon, Monsieur le vidame, eut une autre femine que Joséphine et que Marie-Louise. Cette compagne, vous ne la connaissez pas, et moi, je I'ai vue de près; elle porte un manteau d'azur constellé d'etoiles, elle est couronnée de lauriers; la croix d'honneur brille sur sa poitrine; elle se nomme la gloire. Anatole France. Le crime de S Bonnard
¿Quién es esta esposa, que mereció el amor de Napoleón, más aún que Josefina y María Luisa? No es otra sino aquella cuyo verdadero concepto intentaremos investigar desde los orígenes de las literaturas francesa y española para llegar a encontrarnos con esta personificación tan admirable y este retrato que de ella nos hace Anatole France. En la formación de una lengua intervienen principalmente dos factores: una fuerza conservadora, que mantiene la unidad de la misma a través de los tiempos, pese a todas las defarmaciones naturales impuestas por las leyes fonéticas, pero que en lo tocante a la significación muchas palabras corresponden aún a la misma idea que en la lengua originaria; y de otra parte una fuerza revolucionaria que tiende a modificar la lengua. uniendo a las transformaciones fonéticas la evolución sernántica de ciertos vocablos. En cuanto a las primeras su conservación se ha producido por transmisión popular; sabemos que el pueblo es conservador por naturaleza y que guarda las tradiciones con una fidelidad incorruptible; asi pues los vocablos representativos de ideas que no han sufrido transformaciones, o de cosas materiales o concretas que se han conservado a través de los tiempos no han sufrido más variaciones, como decimos, que las debidas a las leyes fonéticas que se cumplen siempre y en todos los paises. Pero las ideas en su mayoría evolucionan, concurriendo muy diversos factores en esta evolución: contacto con razas diversas, épocas diferentes, conquistas de la ciencia y aportación de nuevas ideas, etc., en una palabra, la evolución de la civilización de un pueblo tiene que reflejarse necesariamente en todos los órdenes de la vida y también en el léxico. Las causas de esta evolución son múltiples y muy complejas: unas veces será la influencia de la Iglesia, el triunfo de la monarquía sobre la feudalidad, el Renacimiento con sus influencias clásicas en todos los órdenes de la vida, la evolución de las costumbres, etc. y sobre todo el progreso de las ideas, del pensamiento humano a través de. los siglos. Las pasiones de los hombres se excitan o se adormecen según las influencias externas y las condiciones que los rodean. Y así vemos cómo progresivamente :e han debido introducir vocablos nuevos, neologismos, representativos de las nuevas ideas, o, lo que es más frecuente, añadir nuevas acepciones a una palabra ya existente, o bien aplicar a las nuevas significaciones palabras que representaban ideas diferentes, desaparecidas o absorbidas en otras. .Todo este conjunto de fenómenos que acabamos de enumerar es lo que se conoce con el nombre de cambios semánticos y de todos ellos el que más nos interesa para nuestro estudio es el segundo, es decir. la adición, en un vocablo, de nuevas acepciones conservando siempre la primitiva, la cual en cierto modo se relaciona con las posteriores. El conjunto de todas estas acepciones forma lo que se llama un campo semántico. El presente trabajo constituye un estudio detallado de todos los elementos constitutivos del campo semántico de la palabra GLORIA en la lengua francesa y española. El campo semántico tiene un significado base, que nosotros remontamos, en nuestro estudio, al latín clásico y alrededor del cual giran todas las otras significaciones. ¿Cuál es la relación que existe entre las diversas acepciones que va tomando esta palabra y qué causas influyen en su evolución? Este será objeto de todo el estudio que sigue, en el cual analizaremos primeramente el valor de la palabra GLORIA en latín clásico y latín vulgar, y bajo qué función semántica dicho vocablo pasa a las lenguas rornánicas. A partir de este momento nuestro estudio se divide en dos partes: una que examina la evolución en la literatura francesa, y otra en la española, llegando hasta el s. XVI en el cual en ambos países se fija ya el léxico. Que esta evolución se ha producido y grande, es un hecho evidente; dígalo si no, la diferencia que existe entre estos dos textos; uno tomado de la Vie de Saint Alexis (s. XI) y el otro de Racine (s. XVII).
La distancia entre el significado de ambos textos es la misma que existe entre las fechas de su producción, es decir, seis siglos con sus correspondientes variaciones semánticas, llegándose incluso en el s. XVII a la delicadeza extrema de considerar la GLOIRE como sinónimo del honor femenino, del pudor de la mujer.
Aunque, como ya hemos dicho anteriormente, la lengua se fija en el s. XVI, no obstante encontramos ciertas diferencias en la concepción de la gloria en la centuria siguiente, sobre todo en Racine; este autor, que ha llegado a una fuerza tan grande de expresión de los estados pasionales, ha sabido captar inmediatamente la pasión de la gloria, de una forma diferente para el hombre y para la mujer; ha elevado a concepto a un grado superior, casi sublime:
Siendo a veces la gloria femenina sinónimo del honor, de la reputación de una mujer, y esto no sólo en Racine sino también en Corneille:
Aunque existe un cierto matiz diferencial entre ambos autores ya que en los ejemplos citados, la glorie de Hermione está subordinada a su dignidad de mujer ofendida en su pasión, es un sentimiento pasional, mientras que para Chimene la gloire está unida íntimamente al honor de la familia. En ambos autores esta gloria femenina no es la misma que la del hombre; en este es un sentimiento viril de la fama o el honor personal:
Como podremos observar en el estudio que emprendemos esta significación de Racine no ha sido solamente producto de su genial invención, sino que ha ido elaborándose paulatinamente a lo largo de las centurias precedentes, sobre todo a partir del s. XV con la «literatura culta». Lo que ocurre es que Racine, con su genio verdaderamente extraordinario se ha apropiado esos conceptos y les ha dado una fuerza y un valor desconocido hasta entonces. Pero la muestra más reciente que hemos encontrado y la.más significativa es el texto que hemos aducido al comienzo de esta Introducción, referente a la gloria de Napoleón. El genio de este general procedía de su amor a la gloria, al renombre, a la cual Anatole France nos presenta coronada de laurel y con la «croix d'honneur» sobre su pecho, ocupando un puesto muy principal en el corazón de Napoleón. Respecto a la lengua española la evolución no se acusa tanto, pues el concepto clásico se vé desde los orígenes de nuestra literatura y en todo caso la estabilización semántica se produce ya en el s. XVI originándose, no obstante, un proceso de debilitación semántica en el s. XVII. Ya en el Quijote encontramos el concepto actual de la gloria que ha perdido algo de su significado propio, por lo menos ha perdido el brillo, el esplendor de su significación clásica, se ha debilitado con respecto a la del s. XVI, ya que actualmente el vocablo gloria ha invadido el campo semántico de la palabra honor; así Cervantes nos dice:
Por el contrario, el Amadis, ya en el s. XV, por buscar una obra del mismo género que el Quijote, leemos:
o bien leyendo aquellos versos de Garcilaso en la Egloga III:
podemos observar esta diferencia, es decir que hasta Cervantes, la palabra GLORIA tuvo un valor propio, un significado peculiar, derivado directamente del griego «doxa», el cual se debilita a partir de ese momento, agrupándose con el valor semántico del vocablo honor. A título de curiosidad podemos indicar algunos significados concretos que en la lengua moderna se aplican a la palabra gloria, los cuales aunque aparentemente no tengan relación alguna con los que vamos a estudiar, quizá estén relacionados con ellos intrínsecamente. En Mme. Bovary, de G. Flaubert hemos leído esta frase:
en donde evidentemente la palabra «gloria» significa una bebida. En el «Nouveau Larousse illustré» encontramos en el artículo gloria la acepción de la lengua popular como: «Liqueur composée de café, de sucre et d'eau-de-vie ou de rhum : Prendre un «gloria».. . Tasse plus petite que la tasse ordinaire» (1). Y en la lengua española, bajo este nombre gloria se conoce una especie de pasteles y algo así como un sistema rústico de calefacción, según lo que nos dice el Diccionario de la Real Academia Española (2): «En algunas partes de Castilla la Vieja y León, hornillo dispuesto para calentarse y cocer las ollas. En Tierra de Campos es un estrado hecho sobre un hueco abovedado, en cuyo interior se quema paja u otro combustible para calentar la habitación y para dar mayor calor a las personas que sobre él se colocan». Quizá todas estas acepciones hayan estado influídas en su nomenclatura por el significado de sitio en donde se goza de una paz y bienestar grandes, eso en cuanto a la calefacción y respecto a las otras dos no es difícil suponer que sea debido a sus buenas cualidades.
Observaciones metodológicas Una palabra vive en un ambiente cultural, y en él sus varias significaciones pueden estar separadas o entrecruzarse. Por eso en el presente estudio no separamos las distintas acepciones excesivamente, ya que en un mismo autor la convivencia de GLORIA en el sentido religioso y en el sentido clásico es tal que pueden llegar incluso a interferirse. Después del estudio de la vida de la palabra en cada autor y de analizar las posibles causas de la existencia de la misma en su léxico (carácter de la obra, voluntad de estilo, fuentes, etc.) reunimos en unos capítulos de resumen las distintas significaciones y la evolución de las mismas. Este trabajo, desde el punto de vista metodológico intenta ser una contribución a la semántica espiritual postulada por Leo Spitzer, sobre todo en sus Essays in Historical Semantics. El estudio de GLORIA pertenece también al campo de la semántica teológica cultivada especialmente por el sabio romanista de Munich Hans Rheinfelder. En sus trabajos, sobre todo en «Kultsprache und Profansprache in den romanischen Ländern», Geneve-Firenze, 1933 y en estudios posteriores ha mostrado la importante penetración del léxico eclesiástico en las lenguas románicas. Y esta palabra GLORIA fué objeto de un breve estudio que sustituye un buen punto de partida. (GLORIA en Festgabe für Karl Vossler. Münchner Romanistische Arbeiten 1. München 1932, págs. 46 y ss.). También las significaciones latinas han sido objeto de interpretación por el profesor de Amsterdam, A. D. Leeman en un trabajo «GLORIA», Rotterdam 1949. Por último en una interpretación del espíritu francés, la palabra GLOIRE es considerada por T. Heinermann como clave de una actitud política (3). Mi trabajo, aun teniendo en cuenta los estudios citados, ha sido hecho directamente sobre los textos. En semántica histórica sólo la lectura de la obra a que pertenece la palabra puede dar el conocimiento pleno de sus valores significativos.
NOTAS (1) ES curioso observar cómo una mezcla similar en el español levanlino ha tomado un nombre mal sonante «carajillo» como expresión de algo indeterminado (2) Diccionario de la Lengua Española, RAE. 16ª ed s v GLORIA. (3) «Frankreich und der geist des W'estfälischen Friedens», págs. 12 7 ss.
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(Conclusión) SECUNDA PARTE
Literatura Española
Ya hemos visto las distintas significaciones que en la lengua francesa va adquiriendo la palabra gloire. La literatura española nos mostrará en esta segunda parte si en España ha persistido el concepto clásico y en qué medida dicho concepto se ha interferido con el nuevo valor semántico religioso.
vii
La preponderancia de los valores religiosos sobre los clásicos en la poesía castellana de los siglos xiii y xiv
1.—Cantares de gesta
En nuestro estudio hemos analizado detenidamente el Poema de Mío Cid y no hemos encontrado ningún ejemplo del vocablo, gloria. Alguna vez aparece glorioso como calificativo de Dios o de la Virgen, significando excelente, o el que posee la «gloria».
Y refiriéndose a la Virgen, la Gloriosa, porque está triunfante en el cielo y llena de gloria, de esplendor:
En el estudio de los restantes fragmentos de poemas épicos (Roncesvalles, Cantar de Rodrigo, etc.) no hemos encontrado nada relacionado con el vocablo ni con el concepto gloria. Sólo del Poema de Fernán González (el cual por la forma externa se relaciona con los poemas del «mester de clerecia») vemos algún ejemplo del epíteto glorioso aplicado a la Virgen:
Por estos ejemplos que llevamos expuestos y por otros que más adelante veremos, podemos comprender cómo en aquellos siglos se aplicaba a la Virgen este epíteto, con el cual se la conocía: la Gloriosa, es decir, que era casi un título de honor concedido a la Virgen.
2.—El «mester de clerecia»
a) BERCEO
Gonzalo de Berceo es el primer poeta castellano de nombre conocido, clérigo además y que vivió en la primera mitad del s. XIII. Pertenece Berceo al llamado «mester de clerecía», poeta culto, aunque a veces y sobre todo en la ingenuidad de sus Milagros demuestre un candor v una sencillez típicamente populares. Respecto al vocablo gloria, lo vemos con un uso bastante frecuente en Berceo, y con significaciones muy variadas.
Rey de gloria
En primer lugar encontramos una expresión de la que ya hablamos extensamente al tratar de la literatura francesa; es la expresión Rey de gloria. Esta fórmula aparece muy raras veces en la literatura española, por contraposición a la francesa, en cuyas «chansos de geste», sobre todo, era ya como un estribillo que nos salía ai paso a cada momento. Ya iremos viendo a travos de toda nuestra literatura medieval el uso tan restringido de dicha expresión y por eso precisamente hemos de llamar la atención sobre Berceo en cuya obra lo encontramos con cierta frecuencia:
^Por qué una tan gran abundancia de ejemplos en este autor en particular? Es un hecho evidente la prodigalidad de dichas expresiones en Berceo, faltando por completo o siendo muy escasos los ejemplos de las mismas en otros autores. Es el autor de los Milagros un poeta culto, un clérigo, y debido a su estado sacerdotal estaba muy en contacto con el latín eclesiástico, del Breviario y de los Himnos religiosos. Ya hemos visto (cap. II) el origen de dicha expresión tomada de los Salmos y de los himnos y no es de extrañar, por tanto, el uso tan frecuente que de ella hace Berceo. Además no hay que perder de vista que este autor tiene ante él los modelos latinos de sus vidas de santos y no es extraño que estas narraciones abunden en expresiones de este tipo. Hay que añadir a ello la posibilidad de que Berceo, debido a su formación culta, conociera la literatura francesa, cosa no muy difícil en la época por las relaciones entre los dos países y la influencia que la cultura francesa ejerció sobre España durante todo el siglo XII; y no perdamos de vista que las expresiones: «rois de gloire» «peres de glorie», etc. eran abundantísimas, sobre todo en las «chansons». Pero junto a este elemento culto, de erudición, en la obra y en el pensamiento de Berceo, se da en él otro popular y es el del público. ¿Para qién escribe este poeta? El mismo nos dice que escribe en romance que es el lenguaje que emplea el pueblo, luego hay que admitir que escribe para el pueblo o para ser entendido de él; además los temas son típicamente populares: vidas de Santos y milagros de la Virgen; por todo lo cual y reuniéndose en Berceo estos dos elementos, el culto y el popular, resulta en admirable conjunción de ambos dicha expresión típicamente medieval y cuya forma y significación ya quedó explicada en capítulos precedentes (24).
Gloria - Cielo
Berceo considera a veces, con frecuencia, la gloria como sinónimo del paraíso, del lugar del descanso eterno, y así lo expresa bajo la forma de un lugar concreto:
Gloria - Bienaventuranza
El espíritu religioso del clérigo lo notamos claramente a través de toda su obra y especialmente en su concepción de la gloria. Acabamos de ver cómo la considera con frecuencia el lugar concreto de la bienaventuranza eterna; otras veces es el estado mismo de los bienaventurados, es decir, la felicidad de que gozan en el cielo:
Gloria - Galardón
A veces también el premio otorgado a las virtudes, el galardón eterno:
Tal .es Sancta Maria que es de gracia plena; Por serviçio da gloria, por deserviçio pena, A los bonos da trigo, a los malos avena, Los unos van en gloria, los otros en cadena. (Mil. XVI-374)
aunque en esta estrofa los dos ejemplos de gloria no tienen el mismo va lor semántico: en el primer caso sí que es el galardón eterno, opuesto al castigo que es la pena; pero en el segundo caso significa el estado de bienaventuranza, determinado por la forma verbal ir en, y opuesto al estado de esclavitud representado por la cadena.
Hay a veces en Berceo algunos versos en los cuales la palabra gloria tiene una significación extraña ajena por completo a las que acabamos de ver: es más bien un sentido de alegría, placer, aunque no totalmente material, sino una alegría santa, un goce impregnado de espiritualidad:
Gloria, satisfacción espiritual
Otras veces esta misma alegría lleva consigo un sentido de satisfacción íntima, espiritual:
Gloria, majestad divina
En último lugar hemos de examinar varios ejemplos que hemos encontrado en los cuales nuestro vocablo significa la propia «gloria» de Dios, la majestad divina o el resplandor de su claridad:
Pensemos por un momento en lo expuesto al hablar de la gloria en la arquitectura y podremos comparar con ello este último verso que parece la plasmación literaria de aquella idea bíblica representada tan felizmente en las artes plásticas, es decir, la claridad, el resplandor divino que irradia en todas direcciones. Se trata otras veces de la propia gloria divina que se muestra a los bienaventurados en el «reino mayor» en el cielo:
o bien es la gloria de la Virgen María, es decir, su fama, su dignidad, etc.
El empleo y significación de todos estos vocablos está suficientemente explicado en lo expuesto ya con anterioridad, esto es, debido al carácter religioso de la obra de Berceo y al ambiente culto que la rodeó, pues indudablemente estas últimas ideas apuntadas han de entroncar en la literatura latina (clásica o medieval) y en particular con el lenguaje y las ideas de los Libros Sagrados.
Vanagloria
El pensamiento religioso de este clérigo, criado y educado desde muy pequeño en un monasterio es, como el de tantos otros, de desprecio hacia las cosas mundanas y perecederas y entre otras muchas, una de ellas la vanagloria o lo que es lo mismo el sentimiento íntimo del propio valer, la jactancia, así como también la gloria del mundo y sus vanidades y honras:
En este último ejemplo se opone la gloria del cielo, la bienaventuranza eterna, a la gloria mundana que también resplandece como aquella, pero para distinguirlas se aplica a la segunda el adjetivo vana. Según todo lo que llevamos expuesto, podemos concluir diciendo que en Berceo encontramos con mucha frecuencia el vocablo gloria y con muv distintos significados, pero todos agrupados dentro de la significación religiosa, y que casi siempre cuando dicha palabra se encuentra precedida del adjetivo vana es cuando toma un sentido profano, sinónimo de vanidad, jactancia, etc.
Glorioso
En cuanto al epíteto glorioso, éste cobra un nuevo matiz en Berceo, muy diferente de todas las obras coetáneas de las literaturas francesa y española. En Berceo vemos el adjetivo aplicado a un santo (Sto. Domingo) y a todo lo que con él se relaciona, su cuerpo, se sepulcro, etc.:
representando aquí este epíteto no el valor religioso de la gloria divina, sino el valor clásico de famoso, excelente, etc. De la misma manera vemos este significado de la lengua clásica aplicado incluso a Dios* ai nombré de Dios, que es famoso:
Pero no falta en Berceo, empleado con mucha frecuencia el otro valor del adjetivo, el religioso:
Entre los poetas de esta época, es decir, de los siglos XIII y XIV, podemos afirmar que practicamente el vocablo gloria no lo encontramos sino en los autores del «mester de clerecia», aparte algunos ejemplos, muy poco», qué más adelante veremos, en el Arcipreste de Hita, sólo en la parte correspondiente a las Cantigas en honor de Santa María.
b) LIBRO DE APOLLONIO y LIBRO DE ALEXANDRE
Respecto a los restantes poemas del «mester de clerecía» observamos en ellos un empleo no muy frecuente del vocablo gloria, pero en ciertos casos con una significación profana.
Gloria-'Alegría'
Unas veces gloria será la alegría, felicidad, por un tóotivo cualquiera: una victoria para un rey:
o bien el encuentro de dos esposos:
Gloria - poder
Así como también a veces no es ya solamente una alegría o felicidad terrena, sino el poder o la riqueza material que traen como consecuencia dicha felicidad, las cuales pueden fácilmente tomarse en cuita y en desgracia:
Rey de gloria
Aunque alguna vez encontramos la expresión Rey de gloria, la causa, como ya hemos explicado al tratar la obra de Berceo, puede ser o el origen latino de la leyenda o quizá la procedencia de una fuente más directa, un poema francés o provenzal sobre el mismo asunto:
A pesar de pertenecer estos poemas, como ya hemos dicho, al «mester de clerecía», la diferencia es muy grande con la obra de Berceo; es la misma diferencia que existe en el valor intrínseco de dichas obras: la de Berceo es eminentemente religiosa y ese es el valor del vocablo en toda ella, religioso; por el contrario los otros dos poemas estudiados tienen un valor profano, histórico o legendario pero no religioso, por lo cual abunda más en nuestro vocablo el valor material, profano, tan diferente del significado espiritual o religioso.
3.—El Arcipreste de Hita
Siguiendo el estudio de la poesía medieval pasemos a analizar el Libro de Buen Amor del Arcipreste de Hita. La misma significación religiosa que hemos visto a través de toda la obra de Berceo, volvemos a encontrarla en la obra del Arcipreste aunque en ella los ejerciólos no abundan.
Gloria - Paraíso
Lo encontramos una vez con el significado de paraíso eterno, del lugar de la bienaventuranza:
Gloria - Honor
Otras veces es el honor, la dignidad de la Madre de Dios:
Gloria - Bienaventuranza
O bien la gloria de los bienaventurados que aumenta o disminuye de Unos a otros según el amor que ellos hayan tenido a Dios:
4.—Poema da Alfonso Onceno
En cuanto a las restantes obras en verso de los siglos XIII y XIV, después de un minucioso estudio de todas ellas no hemos encontrado en absoluto el vocablo gloria; sólo en algunas de ellas, como por ejemplo el «Poema de Alfonso Onceno», ideas que tienen cierta relación con el concepto clásico de gloria, esrán allí representadas por otros vocablos o por expresiones equivalentes:
Otras veces falta la palabra gloria en su sentido religioso, estando esta idea representada por otros giros o vocablos. Asi vemos con frecuencia el sustantivo altura, sustituyendo a gloria.
Y la tan conocida expresión «Rey de gloria», etc. aquí ia vemos representada por «Padre del altura»:
Glorioso
En cambio en este poema encontramos con relativa frecuencia el epíteto glorioso, sobre todo aplicado a la Virgen:
Así como también aplicado a un santo, en su calidad de famoso, etc.
5.—Resumen
Resumiendo brevemente los distintos significados que adquiere el vocablo gloria en la poesía castellana anterior al s. XV trataremos de exponerlos a continuación:
Significados religiosos
1.° Expresiones latinas:
2.° 'cielo, paraíso eterno'.
3.º 'bienaventuranza'.
4.° 'galardón'.
5.° 'satisfacción espiritual'.
6.° 'majestad divina'.
Significaciones clásicas
7.° 'honor, dignidad'.
8.° 'poder'.
9.° 'alegría'.
6.—Conclusión
Según este breve resumen concluímos que la palabra gloria en la poesía castellana anterior al s. XV tiene primordialmente un valor religioso, pues incluso en los casos que pudiéramos considerar de significación clásica es siempre refiriéndose a Dios o a la Virgen, es decir, con cierto matiz religioso; hay, no obstante, algunos casos, muy pocos, que podemos considerar como aplicaciones profanas derivadas de las religiosas. Por el contrario, aparece con mucha frecuencia el sustantivo vanagloria con valor unas veces de jactancia, orgullo, etc. y otras veces refiriéndose a las glorias del mundo, esto es, al significado clásico de gloria. Siguiendo la línea del valor religioso encontramos el vocablo glorioso con muchísima frecuencia, incluso en obras en las cuales no se encuentra la palabra gloria, como en el Poema de Alfonso Onceno, Libro deis tres Reis d'Orient, etc. Aquí la gloria del mundo y su contraposición con la gloria divina no tiene aun el matiz tan de contraste como tendrá en la literatura del siglo XV. En la poesía de los siglos XIII y XIV conserva todavía el valor que toma en la literatura hagiográfica, sobre todo en la literatura marti-rológica.
NOTAS 24) Sobre el popularismo de la obra de Berceo y del «mesler de clerecia», véase M. Pidal : «Poesía juglaresca y juglares», págs. 349 y sgts.
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