GONZALO DE BERCEO Y LOS NUMEROS. EL MENSAJE OCULTO DE LOS SIGNOS QUE APARECERÁN ANTES DEL JUICIO FINAL

 

Regula Rohland de Langbehn

Universidad de Buenos Aires

 

Los signos que aparecerán antes del Juicio Final, obra de Gonzalo de Berceo escrita alrededor o un poco después de 1250, es el primer texto conservado en castellano, y el único del siglo XIII, que se centre en el tema del Ultimo Juicio.1 Le anteceden en la elaboración del tema en Castilla los Apocalipsis miniados del siglo X -sobre textos en dos siglos anteriores del Beato de Liébana-2 y además, en el suelo hispánico, el poema Vinguda de GAntichrist.* Hay que observar en primera instancia que Berceo no se limita, tal como parece indicarlo el título del poema, a hablar de los signos que acaecen antes del fin del mundo, sino que éstos le sirven tan sólo para introducir su tema principal, el del Ultimo Juicio. Igual que en otros poemas del autor, el título se ajusta de manera parcial al tema de la obra y podría originarse en los manuscritos del siglo XVIII.4 En realidad el poema está centrado en el Ultimo Juicio, al que se dedica la parte mayor del poema.

 

Los signos a los que se refiere el título tradicionalmente están vinculados con San Jerónimo, y Berceo está entre los que se los atribuyen/ pero la relación no es directa, como sabemos a través de la comparación con otros textos conservados. Acerca de la tradición, tenemos un análisis niuv pormenorizado dejóse L. Pensado," que muestra que el texto de Berceo se nutre de una tradición contaminada. La fuente de fondo sería una versión incluida en la Historia Scholastica de Pedro Coméstor (ti 179). Sin recurrir a este trabajo, James W. Marchand (295, basado en William W. Heist) expuso que el lugar ele Berceo en la tradición europea de este tema -que comprende más de 120 textos-, está en la rama llamada "tipo Vorágine". El asunto fue profundizado con mayor detalle por Joël Saignieux (1981), quien estudia al poema de Berceo como parte de la tradición apocalíptica, limitándose en su análisis directo a las primeras 22 estrofas, que son las mismas a cuya filiación de un poema latino se ciñe Brian Dutton en un trabajo sobre "The Source of Berceo's Signos del Juicio Final". En cuanto a la atribución a San Jerónimo, a la ordenación ? a los escuetos detalles, el texto de Berceo concuerda con la versión que contiene el primer capítulo de la legenda aurea. Sin embargo, el poema se basa en un modelo compuesto, porque se enriqueció con detalles que concuerdan con una versión debida a S. Pedro Damiano. Ésta fue editada en 1880 por Rudolf Peiper, y Dutton volvió a imprimirla con algunas variantes en su artículo (250-51). haciendo patente la filiación.

 

La tradición textual en la que se basan las ediciones de Berceo consistía durante mucho tiempo de solamente dos manuscritos del siglo XVIII. Son copias realizadas en el monasterio de San Millán desde 1741 a 1752 bajo la dirección del padre Diego Mecolaeta y desde 1774 a 1779 bajo la del padre Domingo Ibarreta. Los copistas que había dirigido Mecolaeta se basaron en un manuscrito in-quarto de hacia 1250-1260, hoy perdido en su totalidad, al que se conoce como Q, cotejándolo con F (Dutton, "Nota introductoria" 123). En 1982 Dutton asevera que el grupo de copistas dirigido por Ibarreta copió un manuscrito in-folio, de hacia 1330-40, ahora denominado F (A New Berceo Manuscript xiii). Era un manuscrito de lujo que se perdió a fines del siglo XVIII y del que se volvieron a encontrar partes importantes en los años 1925-1 928. 7 Este manuscrito se editó parcialmente en Dutton 1982; lamentablemente no contiene los Signos, que también se encuentran editados en este libro, pero cuya edición se basa en los manuscritos del siglo XVIII.

 

Antes de entrar en el análisis que se refiere a la ordenación numérica del poema, conviene acotar que, aunque en una de las dos fuentes existentes (el manuscrito de Mecolaeta) faltan las coplas 62 y 77, en las ediciones no se han expresado dudas acerca del número de las 77 coplas que lo componen.8 En cuanto a los testimonios, quizás parece una perogrullada afirmar que, si uno de los sobrevivientes conservó la construcción total del poema en sus 77 estrofas, estamos ante un caso de suerte. Sin embargo, en el caso de poemas construidos sobre un simbolismo numérico, lo afortunado es que no solamente se hayan conservado todas las partes sino que, al conservarse éstas, a la vez permaneció íntegra la construcción numérica compleja pero no explícita que forma uno de los fundamentos de su sentido.

 

El presente análisis se basa en la convicción de que el simbolismo de los números se refuerza a través de la combinatoria numérica,9 o sea que . más allá de los sentidos que se abren en una lectura alegórica de la sustancia texnial, en textos que fueron ordenados según relaciones numéricas un estrato propio de significados simbólicos se introduce a través de las relaciones aritméticas. Las construcciones numéricas viven de un juego de simetrías y repeticiones y. si su intención es simbólica, se enriquecen con el sentido oculto de los números que entran en juego. Javier R. González presentó en el año 2000 una interpretación especulativa acerca del valor de los procedimientos usados por los autores que juegan con números. Separa los dos aspectos y denomina el manejo de los números en tanto tales "relacional" y el del sentido extrínseco, al que representan de forma simbólica, "referencial" (93- 94). Observa que los procedimientos referencial (semántico) y relacional (aritmético) se potencian recíprocamente. Esta potenciación es sumamente interesante ? va más allá de lo que dice Ernst Robert Curtius en el apéndice que dedica a la composición numérica, que carece de un nivel simbólico-rcfercncial." El sentido referencial constituye un mensaje complementario a los que se expresan en el nivel verbal.

 

En Los signos que apareceta antes del Juicio Final la estructura numérica considerada en cada uno de estos dos aspectos es lo que hace patente para el observador el jubiloso mensaje de salvación que constituye la razón de ser del poema.

 

La investigación va ha tomado nota de algunos hechos numerológicos presentes en el texto. El antecedente más complejo acerca de una construcción numérico-simbólica del poema es un trabajo de Thomas M. Capuano (1988)." Se realiza allí una comparación entre artes plásticas y verbales, que incluye un análisis numérico del poema.

 

La intención es, mostrar una analogía formal, más allá de la que obviamente brinda el contenido, entre una parte de las estrofas berceanas y los temas que se encuentran en algunos tímpanos de iglesias románicas. En cuanto a los números, en esta construcción no se logra dar cuenta de todas las coplas del poema. El puro hecho de que para su construcción sobren estrofas en el comienzo y el final debería haber advertido al autor de que forzaba la analogía, si la constituía en los números. Si miramos el esquema que dibujó Capuano (reproducción en 740), es notoria la falta de elegancia de su resultado, que apenas excusan los argumentos del autor. Por cierto, él se dio cuenta de que no logró una simetría entre los bloques que fue aislando según sus parámetros. Asignó el papel de escena central a la copla 48, que es una estrofa metatextual en la que escuchamos directamente la voz del autor. Capuano la cita: "cambiemos la materia, en otro son cantemos". Hay que preguntarse: iEn una obra de arte románica, cómo el autor mismo se pondría en primer plano? En los claustros románicos o en las visiones de Hildegarda von Bingen vemos aparecer la figura del vates o del artesano, pero la encontramos en un pequeño rincón, como testigo de lo visto, jamás en posición central. Este panel central dibujado por Capuano, muy superior en tamaño a todos los otros de su construcción, además se ve recortado, pues se solapa con la estrofa 26, la estrofa de Judas. Si el panel central fuese el de la entrada de losjustos al paraíso (la 50), colocar en su cercanía una escena de signo contrario, la copla 26, dedicada a Judas, tendría el sentido de mostrar que la falta de Judas es necesaria en el camino hacia la salvación. Pero en la construcción de Capuano se unen las coplas 26 y 48 sin razón, sea numérica o simbólica (relacional o referencial en los términos de González). No quisiéramos debatir si este tipo de incongruencias no lo encontraríamos en alguna imagen medieval realmente existente, pero que a un gran autor se le atribuya una construcción tan poco jerarquizada en el mismo centro conceptual de su poema parece poco convincente.

 

Existen dos otros someros análisis referidos a una construcción numérica del poema. En ambos, como primera medida, se traza un límite después de la vigésimoquinta copla (Uria 292 y Fradejas Lebrero 89-95), y antes de entrar en tema convendrá discutir este límite interno. Los paralelos textuales de Ia tradición de los signos sugieren que sólo las 22 primeras estrofas del poema se dedican a los signos en tanto tales. A estas 22 primeras coplas solamente remiten los trabajos que Dutton ("The Source") y Saignieux dedicaron a la tradición de los signos, sin considerar las restantes coplas o, aunque sea, las tres que les siguen de inmediato. En la versión apócrifa de la historia de la salvación que comprende a los signos, las estrofas 23-25 temáticamente pertenecen a la fase que sigue a los quince clías en los que los signos se producirán: el Ultimo Juicio. Leemos en estas estrofas acerca de la resurrección de la carne en cuanto tal (copla 23). su restablecimiento físico (copla 24) así como del lugar que corresponderá losjustos y los reprobos:

 

 

Quantos nunca nasquicron o fueron engendradados

...

...
todos en aquel día allí serán juntados.

...
o niños, o eguados o en grand vegerlat.
todos de treinta años, cuento de Trinidat,
venrán en essi día ante la Magestat.

Serán puestos los justos a la diestra partida,
los malos a siniestro, pueblo grand sin medida,
el Rey será en medio.... (estrofas 23-25)

 

Estamos ante un primer resumen del tema del Ultimo juicio, que será el tema principal del poema de Berceo. Desde luego, se trata de un continuum en la historia por venir, tal como se la figuraba. Si Berceo habría terminado su poema con la estrofa 25, estaríamos satisfechos del desarrollo ? el final del poema, pues tendría un desarrollo temático completo, más o menos como lo muestra un paralelo más tardío: el Libro de Anticristo de Martín Martínez de Ampies (siglo XV) se complementa con un tratado acerca de los 15 signos. En éste, sigue a los signos un somero cuadro del Ultimo Juicio." Pero el poeta riojano, en vez de acabarlo allí, expandió el tema presentado en dichas tres estrofas agregando otras 52 más. Así el poema mismo da pie para que algunos atribuyan dichas estrofas al introito y otros, al cuerpo del poema. En nuestro texto las trompetas que anuncian el último día preludian el tema central que desarrollará más en extenso: "el ángel pregonero sonará la corneta; / oír lo han los muertos quisque en su causeta, / correrán al Judicio quisque con su maleta" (copla 22). Estas tres coplas, entonces, según creemos, deberán ser leídas como introito de la parte principal. Las dos mencionadas referencias al estrato numérico del poema se deben a importantes estudiosos de Berceo. Isabel Uria Maqua (292) lo divide en 25 -I- 49 4- 3 coplas, pues aisla entre sí los signos propiamente dichos y dos otras partes. Sin ofrecer sus razones para ello afirma que son 25 las estrofas que forman la primera parte, aunque pocas líneas antes (291) había informado que Dutton remonta solamente las primeras 22 a un poema latino. En el cuerpo del poema, según ella, "se expone elJuicio de Dios, con los castigos de los malos y las gracias y gozos de los bienaventurados" y las tres estrofas finales son exhortativas.13 De manera similar, José Fradejas Lebrero (89-93) divide al poema en 25 + 52 coplas y observa, además, una estructura en quiasmo del tramo más extenso, cuyos miembros exteriores se refieren a losjustos (coplas 27-30) y sus gozos (59-60), y los interiores a los reprobos (30-35) y sus penas (36-47). En su análisis de esta construcción en cruz, Fradejas solamente se refiere al contenido teológico y no a la forma numérica del poema. No repara en el desquilibrio que, en cuanto a número de coplas, caracteriza al grupo de las penas con sus doce coplas (36-47) frente a los otros tres grupos, sensiblemente más reducidos. Tampoco se refiere al grupo intermedio entre los primeros tres y el segundo grupo externo, que corresponde a las coplas 48-58, con lo que desiste de encontrar el sentido del poema a través del ordenamiento de sus partes.

[...]

 

Gonzalo de Berceo y los números. El mensaje oculto de Los signos que aparecerán antes del juicio final

Regula Rohland de Langbehn

 

 

La corónica: A Journal of Medieval Hispanic Languages, Literatures, and Cultures, Volume 34, Number 1, Fall 2005,
. 79-98 (Article)

Published by La corónica: A Journal of Medieval Hispanic Languages, Literatures, and Cultures DOI:

 

For additional information about this article Access provided at 19 Mar 2020 14:42 GMT from Yale University Library https://doi.org/10.1353/cor.2005.0046

 

https://iberian-connections.yale.edu/wp-content/uploads/2020/03/project_muse_430436.pdf

 

Texto completo en formato pdf:

www.bibliotecagonzalodeberceo.com/berceo/rohland/mensajeoculto.pdf

 

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(Imagen de portada: detalle del púlpito del refectorio conventual del Monasterio de Yuso en San Millán de la Cogolla (La Rioja), obra de Juan de Iriarte hacia 1597. 

 

 

 
 

 

El mensaje oculto de

Los signos que aparecerán antes del juicio final

Regula Rohland de Langbehn