Santa María de Estibaliz (Alava). Detalle de la portada sobre la que se levanta la espadaña. Hacer clic sobre la imagen para conocer más datos del monumento.

 

 

 

 

4. El «Libro de Alexandre»

A veces atribuido a Berceo, el Libro de Alexandre difiere radicalmente del estilo de este autor. La consideración de Alejandro Magno (tema que sigue atrayendo a los hombres de todas las épocas, desde sus propios contemporáneos hasta los del siglo xx), joven brillante y ambicioso que supo derrocar el mayor imperio del mundo y fracasó, en cambio, en el dominio de su propia naturaleza, muriendo, joven aún, a manos de un traidor, atrajo a la imaginación medieval más que a la de ningún otro período y sólo se dejó aventajar en la Edad Media por la historia cristiana de la caída y la redención del hombre26. Constituye el Libro de Alexandre la más temprana tentativa, y también la mejor, de las que se hicieron en España sobre el tema; es, aún más, una de las mejores realizaciones que sobre el particular se produjeron en cualquier literatura. Puede catalogarse esta obra entre las piezas de épica literaria o entre los libros de aventuras que (en prosa o en verso) constituyen una de las formas literarias más extendidas en la España medieval y en otros muchos países 27.

Los relatos medievales en torno a Alejandro Magno descienden del libro de aventuras denominado Pseudo-Callistenes y entroncan con una remota tradición más o menos histórica cuyo más destacado representante es Quinto Curcio, ya que un enfoque objetivo de la figura del héroe helénico fue desconocido durante la Edad Media28. La fuente primordial del Libro de Alexandre viene constituida por la Alexandreis latina de Gautier de Châtillon, que depende a su vez de la tradición de Quinto Curcio; el poema español compagina, sin embargo, esta última con otras fuentes secundarias, de las que las dos más destacadas derivan, en último término, del Pseudo-Callistenes: trátase de un poema francés, el Román d'Alexandre, y una obra en prosa latina, la Historia de preliis 29. Estas y otras fuentes se hallan combinadas con sumo cuidado, generalmente con excelentes resultados, dentro de una estructura compleja. Las que, a nivel superficial, se nos presentan como meras digresiones (nos referimos sobre todo al largo parlamento sobre la guerra de Troya que Alejandro dirige a su ejército), se han considerado como irrelevantes y como elementos débiles desde el punto de vista estructural, pero el Libro de Alexandre, con todo, se halla dotado de unidad mediante el procedimiento de entretejer cuidadosamente los temas y los episodios, de un uso casi tan frecuente en las narraciones medievales, como lo es el desarrollo lineal del argumento 30. Las digresiones aparentes, pues, sirven para realzar los temas de mayor envergadura como la ruina de la grandeza humana, la disolución del carácter del protagonista y las maquinaciones de traición. Se nos hace asistir al éxito creciente de Alejandro, que nunca concluye, sin embargo, por satisfacerle; a su exploración del cielo y de las profundidades del mar, al crecimiento de su orgullo y cobdicia (término que no se restringe a la avaricia; trátase, más bien, de una falta de mesura, una añoranza de las cosas prohibidas); y, finalmente, a su muerte:

Fue el rrey en todo esto la palabra perdiendo,
la nariz aguzando, la boz engordiendo.
Dixo a sus varones, «Ya lo ydes veyendo;
arrenunçio el mundo, a Dios vos acomiendo».

Acostó la cabeça sobre un fazeruelo,
non serie omne bivo que non oviese duelo.
Mandó que lo echasen del lecho en el suelo,
que avie ya travado del alma el anzuelo...

El gozo fue tornado en bozes e en planto.
«Señor», dizían los unos, «¿quién vio atal quebranto?
A vos aviamos todos por saya e por manto;
señor, maldito sea quien nos guerreó tanto».

                                                      (2.645-2.648)

Se ha discutido largamente la actitud del poeta por lo que a la salvación o condenación del héroe se refiere 31, sin que en la obra se afirme aquélla, ni ésta, por otra parte, acabe de presentarse de modo claro. La evidencia del poema a este respecto es imprecisa, sea porque el autor la encontrase de difícil solución desde el punto de vista intelectual o sentimental, o bien porque su intento fuese el presentar un caso típico del fracaso de la grandeza, que, considerado en su vertiente puramente humana, era suficientemente impresionante para sus propósitos:

Alexandre, que era rrey de gran poder,
que mares nen tierra no lo podien caber,
en una fuessa ovo en cabo a caer,
que non podie de término doze pies tener.

                                                     (2.672)

Los temas de la obra nos van siendo presentados, en principio, no de un modo directo, sino mediante un gradual desarrollo de los episodios que prefiguran o bosquejan de antemano el fracaso de Alejandro y las razones que lo motivan, y a este propósito responden las digresiones aparentes, incluso la narración referente a la guerra de Troya 32. Sólo al fin del poema este procedimiento se halla reforzado por el comentario explícito del poeta.

El valor del Libro de Alexandre reside primariamente en su aspecto estructural y temático, valor que se aprecia en el poema formando un todo, no en secciones aisladas. Si bien hay pasajes atractivos por sí mismos —el primer amanecer, por ejemplo, en que el ejército griego pisa el suelo de Asia, la canción de mayo, los presagios en los cielos antes de la muerte del héroe—, ganan, sin embargo, en intensidad cuando se los considera en el contexto que los encuadra. La actualización medieval de la antigüedad clásica por parte del autor ha de examinarse asimismo a la luz de los temas de la obra. No se trata, en efecto, de un ingenuo exotismo, sino de un plan deliberadamente encaminado a facilitar la compensación de la obra a sus lectores contemporáneos, objetivo que se realiza, además, con habilidad y discreción33.

Los votos del pavón, versión hispánica de otro poema francés sobre Alejandro (Les voeux du paon) ha desaparecido. Fue compuesto probablemente en cuaderna vía, pero carecemos de datos para inferir sus relaciones con respecto a su fuente mentada.

 

NOTAS

25. Germán Orduna, «La estructura del Duelo de la Virgen y la cántica Eya velar», HutmT, 10, 1958, págs. 75-104. Para un enfoque diferente véase Daniel Devoto, «Sentido y forma de la cántica Eya velar», BH, LXV, 1963, págs. 206-37.

26. En el Occidente de Europa los libros de aventuras artúricos eran más populares; las leyendas en torno a Alejandro, cuya difusión no se hallaba confinada al área indicada, constituyeron, no obstante, sus rivales muy fuertes. Véase George Cary, The Medieval Alexander, Cambridge, 1956; M. R. Lida de Malkiel, «La leyenda de Alejandro en la literatura medieval», KPh, XV, 1961-62, págs. 311-18, y «Datos para la leyenda de Alejandro en la Edad Media castellana», ibid., págs. 412-23.

27. Se ha pasado por alto con frecuencia la importancia del libro de aventuras en España, y los críticos tienden a describirlo en los términos de la novela o de la epopeya con resultados desafortunados; cf. Deyermond, «The Lost Genre of Medieval Spanish Literature», Homenaje a Rafael Lapesa (en prensa). Sobre los libros de aventuras en general consúltese Eugéne Vinaver, The Rise of Romance, Oxford, 1971; Gillian Beer, The Romance, The Critical Idiom, 10, Londres, 1970. Para la épica literaria, cf. anteriormente, pág. 65-67. Casos fronterizos entre ambos géneros como el del Alexandre constituyen raras excepciones.

28. D. J. A. Ross, Alexander Historiatus: A guide to medieval illustrated Alexander literature, Warburg Institute Surveys, I, Londres, 1963, y suplemento en JWCI, XXX, 1967, págs. 383-8.

29. R. S. Willis, Relationship, y Debt; Alarcos, Investigaciones; las últimas noticias al respecto pueden encontrarse en Michael, Treatment, cap. 2 y apéndice.

30. Consúltese Vinaver, The Rise of Romance, cap. 5.

31. La controversia es resumida por Ian Michael, «Estado actual de los estudios sobre el Libro de Alexandre», AEM, II, 1965, págs. 581-95, especialmente en las págs. 591-592; cf. también Treatment; para una conclusión diferente, consúltese Lida de Malkiel, Idea de la fama, págs. 167-97.

32. Constituye este método una versión secularizada de la tipología o figura, según la cual el Antiguo Testamento —se creía— prefiguraba la vida de Cristo; cf. Deyermond, «Exemplum, Allegoría, Figura», IR (en prensa); Foster, Christian Allegory in Early Hispanic Poetry. Para el empleo de este método ei el Alexandre, véase P. A. Bly y A. D. Deyermond, «The Use of Figura in the Libro de Alexandre», Journal of Medieval and Renaissance Studies (en prensa).

33. Cf. anteriormente, n. 29, y Willis, «Mester de clerecía. A Definition of the Libro de Alexandre», RPh, X, 1956-57, págs. 212-24. Sobre otros aspectos cf. A. G. Solalinde, «El juicio de Paris en el Alexandre y en la General estoria» RFE, XV, 1928, págs. 1-51; Georges Cirot, «La guerre de Troie dans le Libro de Alexandre», BH, XXXIX, 1937, págs. 328-38; Lida de Malkiel, «Alejandro en Jerusalén», RPh, X, 1956-57, págs. 185-96; Ian Michael, «The Description of Hell in the Spanish Libro de Alexandre», Medieval Miscellany presented to Eugéne Vinaver, Manchester, 1965, págs. 220-9; Dana A. Nelson, «El L. de Alex.: a reorientaron», SP, LXV, 1968, págs. 723-52.

 

 

 

Santa María de Estibaliz (Alava). Capitel interior de la iglesia. Hacer clic sobre la imagen de portada para conocer más datos del monumento.

 

 

 

 

 

Hª. DE LA LITERATURA ESPAÑOLA 1 - EDAD MEDIA -
El Libro de Alexandre

 


 

A. d. deyermond
Westfield College, Londres

Hª.de la Lit. Española 1, Edad Media, Barcelona 1976, ed. Ariel, pp. 123-127